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Semana Santa 2018: Linares

Nos despertamos por la mañana en el hostal rural de cuadros, y a estas horas la luz nos permite disfrutar los paisajes que la oscuridad de la noche anterior nos negaba. Desde nuestra habitación podemos salir incluso a una terracita.



Al lado del hostal hay un torreón que se puede visitar pidiendo la llave del mismo en el hostal. Así que allí me encamino antes del desayuno.



Cuando ya hemos recogido nuestras cosas, Mery entra a ver la ermita que está al lado del hostal.




Como tenemos que volver al pueblo de Bedmar, aprovechamos para visitar por fuera su castillo.



Hoy el día lo dedicamos a Linares. Nos acercamos lo primero al pósito, un antiguo edificio del siglo XVIII que ha sido reformado y ahora alberga la información turística. María se baja para recoger un mapa y folletos.



Aparcamos muy cerca de allí (en la calle de atrás del pósito) y nos acercamos al Palacio Dávalos Biedma, donde se encuentra la sede del Museo Arqueológico de Linares.




Nuestra siguiente parada es la Basílica de Santa María la Mayor (que vemos por fuera) y después la plaza del ayuntamiento.




Dando un paseo llegamos hasta el parque de Santa Margarita. Allí están el monumento a los marqueses de Linares, el coso de Santa Margarita y el monumento a Manuel Rodríguez "Manolete" (que murió en esa plaza de toros).




Nuestro recorrido también nos lleva a la Plaza de San Francisco, donde se encuentran la iglesia de San Francisco, el palacio de Telecomunicaciones (edificio de Correos) y el monumento a la Inmaculada Concepción.



Comemos unas tapas en el bar Marce.


Pasamos al lado del antiguo hospital de San Juan de Dios (actualmente Palacio de Justicia).



Cogemos el coche y vamos a Cástulo, antigua ciudad iberorromana cercana a Linares. El yacimiento cuenta con un centro de interpretación y es de bastante extensión. Hay mucho por excavar, pero lo que se puede ver es muy interesante.




Volvemos a linares, donde vemos por fuera el hospital de los marqueses de Linares.



Nuestra última visita del viaje es a la antigua Estación de Madrid. La han convertido en un centro de interpretación del paisaje minero, muy completo. Además, tenemos la suerte de que un antiguo minero jubilado estaba en el edificio y nos estuvo explicando absolutamente todo. Por lo que parece, al hombre le gusta acercarse todos los días por allí y transmitir su enorme conocimiento a los turistas que como nosotros, hemos tenido la suerte de encontrárnoslo.




Tras esto, solo nos queda la vuelta a Madrid. Mañana domingo aprovecharemos para descansar, puesto que ha sido una semana santa muy intensa por tierras andaluzas.

Semana Santa 2018: Antequera

Por la mañana desayunamos unas tostadas con zumo y dejamos el hostal en el que hemos estado alojados los 2 últimos días.



Nos vamos a Antequera. Lo primero que visitamos es el centro de interpretación de los Dólmenes. A su lado están el Dolmen de Viera  y el de Menga. Si bien el primero te deja un poco frío, el segundo es espectacular, sobre todo después de haber visto el documental del centro de interpretación en el que explican cómo se construyó.



Vamos después al último monumento megalítico de la zona: el Tholos de El Romeral. Al contrario que los otros dólmenes, un Tholos es una construcción funeraria con forma circular. En este caso, tras avanzar por un pasillo se llega a las salas circulares (pues son dos, la primera más grande y la que está al fondo más pequeña).



Tras visitar la zona de los dólmenes, nos acercamos con el coche a un Carrefour para echar gasolina. Desde allí se pueden contemplar las vistas del casco histórico.



Aparcamos fuera de la zona histórica para poder comer. Comemos en Casa Diego. De primero porra antequerana y berenjenas en tempura con miel. De segundo solomillo de cerdo a la parrilla y rebanada de secreto ibérico. También una tila para entrar en calor, puesto que el día está siendo frío y hay llovizna intermitente. Tengo que reconocer que prefiero el salmorejo a la porra antequerana.



Vamos andando al centro. Por todo el pueblo hay Nazarenos preparándose para la procesión que tendrá lugar en un rato.



Subimos andando hasta la muralla de la alcazaba, desde donde se disfruta de una bonita panorámica de Antequera.



No nos da tiempo a ver tanto la alcazaba como la colegiata, así que entramos en ésta última, con unos auriculares que te van haciendo una visita guiada.



Desde esta zona hay vistas de la Peña de los Enamorados. Además de la leyenda según la cual en ella se suicidaron dos amantes de religiones enemigas (cristiano él, mora ella), resulta curiosa la silueta del peñasco, puesto que parece la cabeza de un ser humano yacente.



Rodeamos la alcazaba dando un paseo.



Pasamos por la plaza del Portichuelo, donde están la Capilla Tribuna de la Virgen del Socorro (izquierda) y la Iglesia de Santa María de Jesús (derecha) donde los Regulares de Melilla se están preparando para procesionar.



En el centro de Antequera ya está empezando la Procesión, pero nosotros nos tenemos que ir ya. Voy a recoger el coche mientras Mery hace las últimas fotos.



Finalmente nos vamos hacia Bedmar, pueblecito de Jaén donde está nuestro hostal rural (se llama hostal rural de Cuadros y está situado concretamente en la carretera de Bedmar a Cuadros), en el que pasaremos la última noche del viaje. Para encontrar el hostal pasamos una auténtica odisea, puesto que está muy escondido y a estas horas de la noche y en esta carretera no hay ni una luz. Pero finalmente llegamos y podemos descansar y reposar durante la noche. 

Semana Santa 2018: Málaga

Arrancamos la mañana en dirección a Málaga. Antes de llegar paramos en el Jardín Botánico de Málaga. Las fotos más espectaculares son desde un templete en la parte más elevada. Desde aquí se puede ver la ciudad a lo lejos.



Vamos a Benalmádena para comer en un chiringuito de playa . Finalmente acabamos comiendo en uno en Torremolinos (están las dos ciudades pegadas) justo en la raya de separación, llamado Chiringuito los Marengos. Tardan demasiado en atendernos, pero al final acaba llegando mi lubina en espeto y un pulpito a la brasa para Mery. La comida no está mal, aunque lo mejor es que el restaurante está justo al lado del hotel en el que nos alojamos en Torremolinos hace 9 años, una de nuestras primeras vacaciones juntos. ¡Ay, qué recuerdos!



Tras la comida, vamos a Benalmádena pueblo y visitamos el Castillo de Colomares. Desde allí hay muy buenas vistas del Mediterráneo, y el castillo es muy curioso. Aunque es muy ecléctico, resulta bonito. Mery se quita una espinita, puesto que desde que lo vio hace años había tenido la ilusión de verlo.



Nos metemos en el centro de Málaga, y la verdad es que encontrar aparcamiento un jueves santo y con procesiones es casi imposible. Finalmente, tras 1 hora dando vueltas, por fin encontramos un parking céntrico que no estaba lleno, el del Pompidou.

Lo primero que hacemos tras pisar la ciudad es tomarnos una foto junto a la caja símbolo del museo.



También hacemos foto de la Farola, que se encuentra en las cercanías y es otro de los símbolos de la ciudad.



Seguimos en nuestro modo más "guiri", haciéndonos ahora una foto en el cartel de la playa de la Malagueta, probablemente la más famosa de las playas urbanas de Málaga.



Recorremos el Palmeral de las Sorpresas. A su lado está atracado el barco en el que llegaron los legionarios por la mañana para salir en procesión con el Cristo de Mena.



Con las últimas luces del día nos acercamos a la Catedral y el Palacio Episcopal.



Fuimos a ver la procesión, estaban pasando los legionarios por la calle Larios, pero había muy pocos huecos desde donde verlos, puesto que montan gradas para que la gente los vea desde allí.



Cenamos en The Good Burger y estuvimos paseando por el centro.



Finalmente decidimos que si queremos ver la procesión lo mejor era irnos a un punto más avanzado del recorrido, así que eso es lo que hicimos. Donde estábamos sí que podíamos ver perfectamente pasar a los legionarios.

Eso sí, cuando pasaron por donde estábamos ya eran más de las 12. Qué diferencia entre el calor de mediodía en el chiringuito playero con el frío por la noche esperando la procesión.



Tras ver la procesión entera, ya solo nos quedaba regresar al parking y volver a Colmenar, donde estamos alojados.

Semana Santa 2018: Cádiz V

Es nuestro último día en Cádiz, la tacita de plata. La verdad es que lo hemos disfrutado mucho, nos ha encantado la ciudad.

A primera hora dejamos las maletas en el hotel y nos vamos a ver la catedral. Aún está cerrada, por lo que nos damos una vuelta por el centro hasta que ya la abren antes de empezar la misa.



Paseamos por el barrio del Pópulo



Ya nos conocemos el centro histórico, así que vamos a los sitios que más nos han gustado estos días, como por ejemplo la Plaza de las Flores.



A las 12 teníamos reservada la visita a la Torre Tavira, que es una antigua torre vigía. En Cádiz hubo numerosas torres de este tipo, pero ésta es concretamente el punto más alto de la ciudad antigua. En lo alto hay una cámara oscura, que es un sistema óptico por el cual se refleja en una superficie blanca las vistas que hay en el exterior, como si se estuviera oteando a través de un catalejo enorme.



Vamos a las ruinas fenicias de Gadir. Están muy bien explicadas, es una visita en mi opinión imprescindible. Se trata de posiblemente las ruinas fenicias mejor conservadas del mundo, un auténtico tesoro. Además, la guía que nos acompañó, además de ser una arqueóloga reputada, es una gran comunicadora.



Damos un paseo a la Plaza de España, para ver el Monumento a la Constitución de 1812. La verdad es que Cádiz tiene historia por los 4 costados, en cada rincón de la ciudad te encuentras partes importantes del pasado de España.



Para hacer hambre, Damos un paseo por la Alameda Apodaca, otra de las zonas verdes de la ciudad, donde no abundan mucho por lógicas cuestiones de espacio.



Pasamos de nuevo por el Gran Teatro Falla, y llegamos al restaurante La barra del Faro de Cádiz. Comemos a base de raciones, que la verdad es que están muy ricas: tosta de queso en tempura, tosta de carne mechada, mollete de presa ibérica con manteca colorá, berenjena asada con especias, tapa de jamón de pato sobre manzana... y de postre torrijas con helado de romero y canutillos con helado de chocolate y chocolate blanco. Comida espectacular.



Cogemos el coche, nos acercamos a la catedral y recogemos las maletas. Justo está pasando una procesión, la última que veremos en Cádiz (sospechamos que no la última de la semana).



Al salir de Cádiz pasamos por la puerta de Tierra.



Tras un viaje de más de 3 horas, llegamos con la caída de la tarde a nuestra casa rural en Colmenar, no muy lejos de Málaga.