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Alemania (V): Camino a Hamburgo

Nuestra aventura berlinesa se termina; esta noche dormiremos en Hamburgo, así que hacemos el check out en el hotel en el que hemos estado tan a gusto estos días. Dejamos las maletas para poder dar la última vuelta por la mañana y volver ya con el coche alquilado a por ellas.

Tenemos entradas para visitar el Reichstag (el parlamento alemán). Las entradas dan derecho a ver la cúpula y la azotea. La verdad es que lo tienen muy bien montado. Además, una cosa que me gusta es que los alemanes acondicionan muy bien los edificios estatales para el turismo y no cobran entrada por visitarlos.


A la azotea se llega a través de una rampa en espiral


Desde el exterior se aprecia el contraste arquitectónico entre esta parte moderna (la cúpula y la planta más alta del Reichstag) y la parte tradicional (el resto del edificio y los que lo rodean en esta zona). 



Al bajar, cruzamos una de las líneas que guardan memoria de la antigua ubicación del muro de Berlín.


Nuestra última parada en Berlín es el Neues Museum, dedicado a las civilizaciones antiguas, con especial preponderancia de la cultura egipcia. El busto de Nefertiti bien vale una visita, debido a la perfección con la que esculpieron sus facciones. También nos impresiona la cabeza verde. Si bien no puede competir en belleza con la antigua faraona, su realismo es impresionante teniendo en cuenta la época en que fue tallada.


Cogemos metro hasta la oficina de alquiler de coches, donde nos dan un Citröen C3. Justo cuando estamos saliendo del garaje, empieza a llover.


Compramos algo de comer y lo comemos de camino a Sachsenhausen.


En esta pequeña localidad se encuentra uno de los campos de concentración nazis más famosos. Escuchamos en un podcast algo de información histórica sobre el lugar. Impacta pensar en las condiciones en las que estaba la gente en sitios como estos. Entrar en los barracones da hasta miedo.




Al salir del campo compramos en un Lidl cercano desayuno para los próximos días, agua y algo de picoteo. Desde allí nos dirigimos ya hasta nuestro destino final del día: el hotel de Hamburgo. Cenamos unas pizzas en el bar del hotel mientras vemos el partido que están echando en la tele entre el Barcelona y el Eintracht de Frankfurt.


Nos acostamos para recargar las pilas pensando en nuestra visita de mañana: la histórica ciudad de Bremen.

Alemania (IV): Último día completo en Berlín

Para arrancar el día vamos en metro a Alexanderplatz, nuestro centro neurálgico en la ciudad. Damos una vuelta por el Primark, aunque salimos con las mismas pertenencias con las que entramos en la tienda.


Nos damos una vuelta por el barrio medieval. La zona está compuesta por un conjunto de calles muy agradables, con centro neurálgico en la Nikolaikirche.


Vemos a lo lejos el antiguo ayuntamiento.


Volvemos sobre nuestros pasos a admirar el Rathaus.


Enfrente se encuentra la Fuente de Neptuno.


Y, a su lado St. Marienkirche.



Entramos dentro de esta iglesia.


Damos un paseo hasta los alrededores de la catedral. Nos hacemos una foto junto al conjunto escultórico de las tres niñas y un niño, de Fitzenreiter. Las estatuas parecen despreocupadamente mirar el paso del tiempo en la orilla del Spree, mientras barcos llenos de turistas cruzan el río arriba y abajo. 

Comemos en una terraza al lado del río. El menú es nuestro ya clásico en este viaje currywurst. Aunque éstas no son las mejores salchichas que hemos comido, las vistas sí que son majestuosas, con el río al lado y la catedral de fondo.


Vamos a la calle Unter den Linden y cogemos un autobús que nos deja en Brandenburger Tor. Aprovechamos para volver a inmortalizar la famosa puerta.


Entramos en Tiergarten, paseando hasta que llegamos al monumento a los soldados soviéticos. No cabe duda que está lleno de grandiosidad.


Cerca de este último monumento cogemos otro autobús que cruza el parque hasta la zona sur, en las cercanías de la embajada española.


En esta zona se nota la cercanía del lago Neuer See, el más popular de Tiergarten.


A lo lejos se distingue la columna de la victoria, pero ya tuvimos bastante altura el día anterior, así que continuamos adentrándonos en el parque.


Llegamos al Café am Neuen See, donde tienen numerosas sillas (y palés) en las orillas del lago. Aprovechamos para tomar un aperol spritz; la verdad es que no se está nada mal aquí.


Damos unos cuantos pasos para volver a la bulliciosa Berlín (en esta zona de Tiergarten pareces encontrarte en un sitio totalmente alejado del ajetreo de la capital alemana). Cogemos un autobús hasta Postdamer Platz. Aún queda bastante para que caiga la noche y la zona aún no está muy animada, así que cogemos otro autobús hasta el Checkpoint Charlie, donde hacemos la foto de rigor en el que fue uno de los puntos fronterizos más conocidos del muro de Berlín. No deja de ser una atracción para turistas, pero supongo que es uno de esos sitios que casi cualquier turista visita en esta ciudad.


Volvemos a Postdamer Platz, concretamente al Sony Center; yo no pierdo la oportunidad de tomarme un helado mientras esperamos a que la cúpula se ilumine.



Nos volvemos a nuestro hotel, donde cenamos en la habitación leche y bollería.

Alemania (III): continuamos por Berlín

Por la mañana hago mi primera salida a correr por Berlín. Tiro por Unter den Linden y el Tiergarten, en un agradable entrenamiento matutino.

Cuando estamos listos para salir a hacer turismo cogemos el metro hasta la isla de los museos. Damos un paseo hasta Friedrichswerdersche kirche, que esta vez sí está abierta. Visitamos el interior, utilizado como museo de esculturas.


De ahí vamos a la catedral de Berlín. Compramos las entradas, el hombre que se encarga de dicha venta nos dice que la mascarilla que yo llevo no está permitida, pero al final nos acabamos haciendo amigos y nos hace un descuento en las entradas. Yo creo que la afinidad por el idioma (es cubano) hace que se apiade de nosotros.


Una vez visitada la catedral vamos al Neues Museum, pero nos dicen que ya están las entradas del día agotadas. La misma negativa nos encontramos en el Pergamon Museum, así que nuestra mala organización con el tema de las entradas de los museos nos va a obligar a buscar días alternativos para visitarlos. 

Damos un paseo en busca de una parada de tren que nos lleve a la parte más occidental de Tiergarten. Por el camino paramos en un sitio de comida rápida (Iss Frischer) y cogemos fuerzas con unos paninos, perritos, etc... la verdad es que no es la comida más suculenta del viaje, pero tal como se está desarrollando el día no tenemos otra opción que comer aquí.


Después de eso cogemos el tren que nos lleva hasta la parada de Tiergarten, en la punta del parque más alejada del centro.

Desde allí vamos andando hasta Siegessaule (la columna de la victoria). 


Subimos para ver las vistas desde lo alto, que son muy impresionantes, con el boscoso parque a nuestros pies y el centro de Berlín en la lejanía.


Nos planteamos dar una vuelta andando por Tiergarten, pero tras medir nuestras fuerzas decidimos economizar esfuerzos y coger un autobús hasta la Kaiser-Wilhelm gedachtniskirche, la capilla en recuerdo del Kaiser Guillermo. Nos impresiona su silueta, tan estilizada al conservarse únicamente la fachada y una pequeña parte, ya que el resto (destruido durante la II Guerra Mundial) se decidió no restaurarla completamente y construir la nueva iglesia a su lado y con un estilo muy moderno, repleta de cristales azulados. El contraste es muy poderoso y, a mi personalmente me ha gustado.

Nos acercamos al centro comercial Europa center para ir al servicio. Me meto en una librería, definitivamente es un sitio poco amigable cuando no conoces el idioma en el que están todos los libros.


Ya va empezando a caer el día, así que cogemos el metro hasta las cercanías de Oberbaumbrücke, el puente que cruza el Spree y que durante la Guerra Fría era uno de los pasos fronterizos entre el Berlín occidental y el oriental.


Vemos los graffitis del muro de Berlín en la zona de East Side Gallery. No puede faltar la típica foto delante del beso entre Brezhnev y Honecker.


Vemos la puesta del sol desde la llamada Playa de Berlín, que se encuentra en la orilla del Spree.


Justo detrás de nosotros se encuentra el Mercedes Benz Arena, estadio del Alba Berlín de baloncesto y sede de numerosos grandes conciertos.


Compramos en el Aldi de un centro comercial cercano y nos metemos en Hans im glück a cenar. Para mí pido una hamburguesa Kraftherzig (ternera con queso azul y bacon) y Mery se decanta por la hamburguesa Geselle (pollo con bacon y salsa parmesana). Adicionalmente, ordenamos un plato de patatas fritas mezcladas con batatas fritas. Para beber, una cerveza y una botellita de agua. 

Tras la cena regresamos al hotel, bastante cansados después de lo que ha sido un día de muchos paseos.

Alemania (II): Día completo por Berlín

Arrancamos nuestro primer día completo cogiendo el metro hasta la parada del Bundestag.

Allí nos hacemos fotos en la explanada que se encuentra delante del mismo, la Plaza de la República.


Para llegar a la Puerta de Brandenburgo cruzamos por una esquina de Tiergaten, el parque principal de Berlín. Pasamos por la zona de recordatorio a las persecuciones contra los gitanos.


Esta vez llegamos a la puerta de Brandeburgo por su cara exterior. Sin duda los alrededores están más abarrotados que la noche anterior.


Vamos al monumento en recuerdo de los judíos, que se encuentra muy cerca, al lado de la embajada de EEUU.

Volvemos a la puerta de Brandeburgo, la cruzamos y vamos dando un paseo por la calle Unter den Linden, un muy agradable bulevar que comunica el monumento más representativo de la ciudad con la isla de los museos.

Embajada de Rusia, con el memorial por las víctimas de la guerra de Rusia contra Ucrania.

Estatua de Federico el Grande

En la Bebelplatz, admiramos la Universidad Humbolt, la biblioteca y la catedral de Santa Eduvigis (la iglesia católica romana más antigua de la ciudad), que se encuentra en obras pero cuya cúpula color turquesa es impresionante.


En el centro de la plaza se puede ver una losa de cristal que cubre una estantería vacía, un monumento en memoria de la quema de libros del 10 de mayo de 1933. Este lugar fue el escenario de una gran hoguera en la que se quemaron miles de libros de algunos autores censurados por los nazis, como Karl Marx, Heinrich Heine o Sigmund FreudEl tamaño de la estantería es el que debían ocupar los libros quemados aquella trágica noche.


Al lado de los monumentos más históricos hay sitio para la modernidad y la cultura pop, como representa esta estatua de Hello Kitty.


En las cercanías se encuentra el edificio de la Nueva Guardia. Por fuera no destaca en exceso sobre la monumentalidad del conjunto de la BebelPlatz, pero por dentro sí que se distingue, al contener solamente una estatua de una madre llorando a su hijo muerto en la guerra.

Seguimos el paseo contemplando las fachadas de los edificios a nuestro alrededor, como el Museo de Historia.


Nos alejamos unos metros de Under der Linden para visitar la Iglesia de Friedrichswerder, que nos parece muy bonita por fuera. Lamentablemente está cerrada, pero decidimos intentar acercarnos otro día para visitar el interior, que actualmente es un museo de esculturas.

Al lado de la iglesia se encuentra la Barenbrunnen o fuente del oso, un delicioso conjunto que representa al animal heráldico de Berlín. La madre vigila desde su pedestal a 4 parejas de crías. La fuente original fue destruida en la II Guerra Mundial, así que la actual es una reconstrucción. A nosotros nos gustaron mucho los ositos, y la fotogenia que tiene el conjunto con las cúpulas de la catedral y del palacio de la ciudad al fondo.

Continuamos nuestro paseo, acercándonos al palacio de la ciudad y a la catedral.

Cruzamos por Friedrichsbrucke y, viendo la hora que es, vamos a Curry 61 a comer un par de currywurst con patatas fritas y una cerveza Beck. El sitio es de los más famosos de Berlín para tomar estas salchichas típicas, y la verdad es que están muy ricas. El dibujo de la pared, parodiando la célebre foto del beso de Breznev y Honecker, le da un toque divertido al local.

Tras haber comido, vamos al Centro Judaico, en la sinagoga de Berlín

Nos acercamos al cementerio judío. Está cerrado, pero solamente se conservan las lápidas de 2 tumbas, que se pueden ver desde fuera, así que no nos preocupamos por no haber podido entrar.

Damos una vuelta por los patios del Hackesche Höfe, un conjunto de patios conectados entre sí y en los que se encuentran tiendas de distintas temáticas

También visitamos el Dead Chicken Alley, un callejón repleto de graffitis, que suponen toda una experiencia en contraste con el resto de barrio.


Continuamos nuestro paseo por Berlín, llegando hasta la sscultura de Block der Frauen, que conmemora las protestas de Rosenstraße, una serie de manifestaciones no violentas llevadas a cabo en dicha calle de Berlín entre febrero y marzo de 1943. En ellas participaron las esposas de origen no judío (consideradas por el nacismo como "raza aria") de hombres judíos que estaban en la cárcel a la espera de ser deportados. Finalmente, la mayoría de estos hombres fueron liberados, y este hecho es importante en la historia de Alemania, ya que es la única manifestación pública masiva de los alemanes en el Tercer Reich contra la deportación de judíos.


Nuestra última visita de la tarde es el Museo de la DDR, que yo tenía bastantes ganas de ver. Un auténtico viaje en el tiempo hacia la época de la Alemania comunista. En algunas cosas tan distinta de lo que había en los países capitalistas, y en otras tan parecida.


Cenamos en Zur Gerichtslaube. Pedimos el "gran festín berlinés" para dos personas, que consta de una albóndiga casera, una salchicha asada y asado de cerdo picante (que no pica), acompañado de col agria y patatas a las hierbas. De postre tomamos pastelito de manzana con salsa de vainilla y crema batida. La cerveza, schöffenbier, la fabrican especialmente para este restaurante.  

Vamos a donde se encuentra el Rathaus y desde allí en metro al hotel, donde antes de irnos a dormir nos tomamos las copas de bienvenida que nos habían dado ayer.