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México I: Querétaro

Por un viaje de trabajo tenía que ir a México, así que decidimos aprovechar para juntarlo con viaje turístico e irnos los dos para allá. Puesto que yo comienzo a trabajar un lunes, el domingo hago el viaje en avión. Mery llega 1 día después. Nos alojamos en el hotel Holiday Inn Zona Diamante, en la ciudad de Querétaro. Al estar situado en una colina, las vistas desde nuestra habitación son espectaculares, tanto de noche...

Como de día...

El primer fin de semana empezamos a hacer algo de turismo. Lógicamente, comenzamos por visitar Querétaro. Así que cogemos (o mejor dicho por aquí, tomamos) un autobús que nos deja en las inmediaciones de la Plaza Mariano de las Casas.


Visitamos el Templo de Santa Rosa de Viterbo


Aunque no deja de ser una iglesia católica, hay ciertas cosas que nos resultan chocantes a los europeos. Por ejemplo, la colección de estatuas de los apóstoles tranquilamente sentados en los bancos de la sacristía.

Al lado de la iglesia se encuentra el edificio de la Secretaría de Cultura del Estado de Querétaro. De hecho, inicialmente era parte del conjunto religioso, pero ahora es un edificio laico donde entre otras cosas se pueden ver exposiciones.


En el claustro, Mery se encuentra con dos tocayas suyas (las famosas muñecas María de Querétaro). El origen de estas muñecas se remonta al virreinato de México, cuando empiezan a ser fabricadas artesanalmente como una alternativa económica a las muñecas de porcelana europeas. Representan mujeres indígenas, caracterizadas por sus trajes típicos y sus tocados de cintas de colores.

El patio se encuentran multitud de Alebrijes (figuras de artesanía tradicionales de México, hechas con cartón o papel y colores muy brillantes, normalmente representando animales imaginarios).



Dando un pequeño paseo, llegamos a la Catedral de Querétaro, bajo la advocación de San Felipe Neri.


Lo siguiente que visitamos es el Palacio Municipal.

Fuente de Neptuno y ex convento de Santa Clara.

La Casa de la Marquesa ahora es un hotel de lujo.


Nuestro paseo nos lleva hasta el Jardín Zenea (que se encuentra en obras).

Al lado del Jardín se encuentra el Templo de San Francisco, de gran tamaño.






En el Andador 5 de Mayo (una de las calles que delimitan el Templo de San Francisco) se encuentra la estatua del Danzante conchero, nuestra favorita de toda la ciudad, con sus colores azules y su sensación de movimiento.

Monumento a la Corregidora.

Templo de la Congregación de Guadalupe.




Paramos en la oficina de turismo de la Calle Pasteur. Después continuamos hasta Plaza de Armas, pasando de largo hasta llegar al Andador Libertad (donde hay múltiples puestos y tiendas de artesanía y recuerdos).

Comemos en restaurante San Miguelito (en el bajo de la Casona de los 5 Patios).



Comimos ensalada, pechuga de Bernal y salmón.

Tras reponer fuerzas continuamos nuestra visita por la Plaza de Armas (o de la Independencia), Fuente del Marqués, casa de la Corregidora (hoy palacio de Gobierno de la ciudad) y Casa de Ecala.





Casa de Don Bartolo.

Cogemos el Trolebús turístico, en el que un señor va dando explicaciones sobre lo que vemos. Pasamos por el Acueducto.

Fuente del Ejército Republicano.

Mirador de los Arcos (frente a Panteón de los Queretanos Ilustres).

El Tanque (ahora es ornamental, pero antiguamente la gente iba allí a coger agua proveniente del acueducto).

Otra estatua de un conchero justo en la esquina antes de llegar a la alameda.

Alameda de Hidalgo (en obras, pensábamos visitarla, pero al verla así decidimos no ir).

Volvemos al punto donde cogimos el trolebús, damos otro paseo a pie para terminar de ver lo que nos falta, como por ejemplo la Calle Independencia, Casa de la Zacatecana y Capilla de la Merced.




Nos encontramos con un grupo de Danzantes concheros en la misma calle. Es un espectáculo curioso (y sobre todo ruidoso).

Estatua Santiago (cruce Calle Independencia y calle Venustiano Carranza).

Plaza de los fundadores, en la zona del Cerro del Sangremal, donde se fundó la ciudad de Santiago de Querétaro el 25 de julio de  1531.   Esta plaza conmemora a los que ayudaron a la formación de la ciudad, por lo que en ella podemos ver las estatuas de Don Fernando de Tapia (Conín), Don Nicolás de San Luis Montañez, Fray Jacobo Daciano y Don Juan Sánchez de Alaníz.

Templo de la Santa Cruz, parada del Camino Real de Tierra Adentro.

La tradición católica dice que los chichimecas y los otomíes fueron derrotados por los españoles en el cerro de Sangremal en una cruel batalla el 25 de julio de 1531 y que los indígenas se rindieron al ver en el firmamento una gran cruz y la imagen del apóstol Santiago.

Se exhibe en su altar principal una réplica de la cruz de cantera que apareció en el cielo, según la leyenda de la Conquista de Querétaro. Originalmente los frailes franciscanos la colocaron a la intemperie, y más tarde le erigieron una ermita, que fue convertida primero en Capilla y, finalmente, en un pequeño convento.

Son 2 capillas comunicadas. No nos quedamos mucho tiempo porque en una de ellas hay misa.


El convento ya está cerrado, no podemos visitarlo. A cambio, vemos el Panteón de los Queretanos Ilustres, con el Mausoleo de la Corregidora.

Bajamos andando, haciendo la misma ruta que en el bus turístico. Llegamos a San Francisquito que, según nos comentaron en el bus, es un barrio peligroso; así que cogemos un taxi al hotel, con tan buena suerte que a los pocos minutos comienza a diluviar.

En definitiva, un primer acercamiento a Querétaro que ya nos ha hecho enamorarnos de la ciudad y tener ganas de volver a visitar sus rincones llenos de encanto. Pero, para aprovechar el fin de semana, mañana toca otro destino.