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Croacia (VIII): Lagos de Plitvice

Para el día de hoy teníamos pensado visitar el Parque Nacional de los Lagos de Plitvice. Así pues, después de dar mi carrera matinal por el casco antiguo de Zadar, recogemos nuestras pertenencias y nos vamos al coche. Pero antes de coger la autopista que recorre Croacia de sur a norte, decidimos acercarnos a la pequeña ciudad de Nin, puesto que nos habían gustado las fotos que habíamos visto de la misma por internet.

Se trata de una ciudad pequeñita, pero que en el pasado tuvo mucha importancia, ya que fue la primera residencia de los reyes croatas y también la residencia de las autoridades eclesiásticas del país. Como veríamos durante nuestra visita, todo un símbolo del pasado croata, pero en miniatura.

Llegamos a Nin, que se encuentra en una laguna, aparcamos el coche en las afueras y, dando un paseo, llegamos a la iglesia de San Anselmo, de la que se conserva su torre del campanario exenta, que se alza majestuosa y solitaria.

Cerca se encuentra una estatua de Gregorio de Nin, idéntica a la de Split pero de menor tamaño. También es obra de Ivan Mestrovic.

Continuamos hasta una de las principales atracciones de la ciudad: la catedral de la Santa Cruz, conocida como la catedral más pequeña del mundo. La verdad es que sus dimensiones son mínimas y, si bien actualmente ya no es catedral, en su momento sí debió de ser utilizada para tales menesteres.

Volvemos al coche y salimos de la ciudad pasando al lado de la laguna, ocupada actualmente por unas salinas.

A 2 kilómetros del centro urbano se encuentra nuestro monumento favorito de Nin, la iglesia de San Nicolás, o de la Coronación. Enclavada en un montículo, fue el lugar en el que se coronaron los primeros reyes croatas. También parece una iglesia de bolsillo, además de que su forma circular la convierte en una postal muy reconocible y bonita.

Ahora ya sí que, tras parar en un supermercado para comprar algo de comer (lo cierto es que le hemos sido infieles al Konzum por primera vez en el viaje, pero es que no hemos visto ningún hiper de esa cadena por el camino), nos encaminamos a los Lagos de Plitvice.

Se trata de un Parque Nacional cuyo principal atractivo son los numerosos lagos que se encuentran en él, conectados por cascadas. El recorrido que hemos hecho consistía en coger el autobús gratuito que sube a la parte más alta del parque y, desde allí, ir descendiendo mientras admirábamos las cascadas y estanques. Una vez llegados a la zona central, hemos cogido un barco (también gratuito) que nos ha dejado en un merendero desde donde retomamos el camino por los lagos que se encuentran en la parte inferior del parque. Eso sí, previamente compramos una botella de agua en el merendero. Se vende a precio de champagne, pero nos ha venido muy bien para mitigar el calor. Y eso que el principio de la visita se ha visto retrasado por una tormenta que se encontraba muy cercana, y que hacía que tuviéramos miedo de internarnos entre la floresta, por si nos alcanzaba de lleno.

En la parte inferior llegamos hasta la gran cascada y, desde allí, cogemos otro autobús hacia el punto de partida.

Así fue como se nos han quedado los piesde tanto andar por los caminos de tierra del parque.

Y éste es el autobús que nos acortaba las distancias entre los diversos puntos del parque.

Las vistas en el parque son espectaculares, sobre todo si te gusta la naturaleza y el agua.

Una vez regresamos al aparcamiento, donde ya quedaban pocos coches junto al nuestro y se estaba haciendo de noche, cogemos dirección a Zagreb. Era mucho más tarde de lo que habíamos planificado, y la mayor parte del recorrido lo hemos hecho por malas carreteras, por lo que acabamos llegando a Zagreb pasadas las 11 de la noche. El alojamiento está muy bien, pero íbamos a tener poco tiempo para disfrutarlo. Además, Mery estaba cansada, así que he salido yo solo a cenar y, por suerte, he encontrado un McDonalds abierto muy cerca del apartamento. Como estaba cerca del centro y por las calles se veía buen ambiente (es sábado por la noche), me he acercado a la céntrica Plaza de Josip Jelacic. La ciudad tiene buena pinta, pero tendremos que esperar a mañana para comprobarlo.

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