Viajes de la parejita

El punto más reconocible del palacio es el Peristilo. Esta plaza ocupa la ubicación central del recinto y se encuentra siempre llena de gente.

Para animar a los turistas y transportarlos al ambiente de la antigua Roma, unos figurantes hacen las veces de soldados romanos y se dejan fotografiar (por supuesto, agradecen las propinas que la gente quiera darles).

Desde casi todos los puntos del interior del palacio se distingue la torre de la catedral, aunque cuanto más te alejas del Peristilo, más se nota la degradación de la zona, que aún no ha sido plenamente restaurada.


Callejeando por la zona entre la Riva y las plazas Brace Radica y Plaza del Pueblo se pueden encontrar edificios muy bonitos.

Hemos pasado por la Puerta de Hierro (otro de las antiguas entradas al palacio).

En los alrededores de la entrada principal del palacio (la Puerta de Oro) encontramos una fuente en la que rellenamos nuestra botella, puesto que, pese a la tormenta, el calor seguía apretando.

Aunque no solo para nosotros, también los soldados romanos necesitaban refrescarse un poco.

Enfrente de la Puerta de Oro se encuentra la estatua de San Gregorio Ninski, realizada por el famoso escultor Ivan Mestrovic. La tradición, como se puede comprobar viendo el desgaste que sufre, consiste en tocarle el dedo gordo del pie.


El callejeo por las calles interiores del palacio resulta muy entretenido.

Lo último que queríamos ver era el Templo de Jupiter, un pequeño recinto que también hizo las funciones de baptisterio.
A través de los subterráneos salimos al exterior. Estos subterráneos han sido usados en la serie Juego de Tronos para recrear escenas de la ciudad de Meereen.
Hemos vuelto a donde teníamos aparcado el coche para segresar a Trogir. El día se estaba poniendo cada vez más oscuro, la lluvia parecía inminente. Apenas nos ha dado tiempo a hacer una compra en el Konzum más cercano y a meternos en nuestra habitación, cuando se ha desatado la tormenta.  Hemos aprovechado para comer y descansar, puesto que casi toda la tarde ha estado lloviendo.

Cuando ha parado la tormenta, hemos salido a dar un paseo para ver la ciudad y cenar. Hemos pasado junto al puente que comunica la isla con tierra firme.

Entramos al casco antiguo por la Puerta Norte.

La ciudad de Trogir está formada por callejuelas pequeñas y edificios antiguos, que la hacen ideal para dar paseos admirando cada rincón y perdiéndose por las calles hasta volverse a encontrar. La verdad es que estoy encantado con nuestra estancia, me da la sensación de que es un lugar fantástico para descansar y pasar unas vacaciones.

Nuestro paseo nos ha llevado hasta la plaza de la catedral, llamada Plaza Juan Pablo II. Hemos entrado en la oficina de turismo, pero no nos han dado más información que la confirmación de que la catedral estaba cerrada, lo cual ya sabíamos.

La plaza se estaba empezando a engalanar para la noche, y los bares colindantes empezaban a sacar a la calle las mesas de la terraza, en el mismo centro de la plaza. El lugar parecía ideal para tomar algo, rodeado de edificios como la catedral, la torre del reloj, la logia y el palacio Cipiko con sus preciosas fachadas. Así pues, hemos decidido volver luego para tomar una cervecita.

El palacio Cipiko particularmente tiene una fachada preciosa. La pena es que no es visitable por dentro, con lo que mañana nos tendremos que conformar con entrar en la catedral.

Al menos, sí hemos podido hacernos fotos por toda la plaza.

Ya estaba cayendo el sol, así que hemos continuado nuestro paseo alrededor de la isla (no es grande, por lo que se puede abarcar a pie perfectamente), llegando hasta la Fortaleza del Kamarlengo y la vecina Torre de San Marcos. Es curioso que entre ambas edificaciones lo que se encuentra es un campo de fútbol. En una isla tan pequeña y tan llena de turistas, resulta extraño que el campo de fútbol se haya mantenido ahí, resistiendo a las seguro que numerosas ofertas para recalificar el terreno para construir hoteles o restaurantes, puesto que si algo escasea en Trogir (a menos en la parte insular) es el terreno.

Para terminar nuestro paseo nos hemos acercado a la isla que se encuentra a continuación de Trogir (Isla Ciovo), desde donde hemos podido disfrutar de un atardecer espectacular recortándose sobre los edificios del casco antiguo de Trogir.
Ya de vuelta a nuestra isla, en el paseo marítimo el ambiente cada vez era mejor, con la gente paseando y los yates aparcados al lado de la vía.

Llegamos a la plaza de la catedral, donde un juego de luces iluminaba la logia, dándole aún más atractivo.

Como teníamos planeado, nos sentamos en una terraza de la plaza a saborear una cerveza y un zumo mientras conversábamos sobre la jornada y hacíamos hambre.

Tras tomarnos el refrigerio nos hemos ido al restaurante Konoba TRS, que está al lado de la plaza. Los konobas son los restaurantes tradicionales de comida dálmata y, con la llegada del turismo, ahora está de moda ponerle ese nombre a cualquier restaurante, para dar más apariencia de auténtico. Éste en concreto, que estaba recomendado en tripadvisor, la verdad es que no decepciona. El menú era delicioso (posiblemente lo mejor que hemos comido en Croacia) aunque es cierto que han tardado bastante en servirlo. Yo he podido probar uno de los platos tradicionales (la pasticada), mientras que Mery ha elegido medallones de pollo con gnocchi y salsa de queso.

Tras cenar, y viendo el ambiente tan agradable que se respiraba en la ciudad, nos hemos ido a una de las terrazas más cercanas a nuestro apartamento, a tomar unos cocktails sentados tranquilamente. El tiempo y la ciudad acompañaban para no acostarse aún.

Ahora, ya de vuelta en el apartamento, intentaremos descansar todo lo posible para seguir disfrutando al máximo de los días que nos quedan en Croacia.