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Croacia (III): Dejamos Dubrovnik rumbo a Orebic

Esta mañana he decidido correr hacia la parte nueva de Dubrovnik. Aunque lo más conocido y monumental sea el casco antiguo, el resto de la península en la que se asienta la ciudad cuenta también con bellas vistas de la costa.

Tras recoger la habitación y dejar las maletas en la entrada del apartamento, hemos salido a dar un último paseo por Dubrovnik.

Hemos pasado por nuestra querida fuente de Onofrio y nos hemos acercado a la catedral para refugiarnos del calor imperante. Paseando, hemos llegado a unas escaleras que hemos reconocido como uno más de los escenarios de Juego de Tronos que hemos visto estos días.

Al final de las escaleras hemos encontrado la iglesia de los Jesuitas.

Al salir de la iglesia hemos buscado la terraza del Mala Buza, donde nos hemos tomado unos refrescos con unas vistas impresionantes y bajo el refugio de una sombrilla. Creo que a esas horas del día es difícil encontrar un sitio en el que se esté mejor en todo Dubrovnik.

Hemos vuelto al apartamento para recoger las maletas y hemos cogido un bus hasta la estación central de autobuses. Allí teníamos la opción de elegir entre un bus normal al aeropuerto o uno de la compañía Atlas, como el que cogimos el primer día. Nos hemos decantado por esta última opción porque, solo por 10 kunas más por persona, nos evitábamos colas y salíamos mucho antes.

En el aeropuerto hemos tenido problemas con el alquiler del coche, aunque para nuestra desilusión no es un Corsa (que era lo que habíamos reservado), sino un Skoda Fabia. Eso sí, nos han cobrado 50 euros por cruzar por Bosnia.

Lo primero que hemos hecho con el coche ha sido echar gasolina (solo le quedaba combustible para 90 km) y parar en un Konzum (es una cadena de supermercados que se encuentran por toda Croacia) a comprar alimentos, tanto para las comidas de hoy como para los desayunos de los próximos días.

Hemos pasado Dubrovnik sin subir al monte Srd (idea que teníamos en mente) y hemos continuado hasta llegar a Ston. Allí hemos visto, desde abajo, las murallas que tantas veces han salido en Juego de Tronos haciendo las veces de fortaleza de Desembarco del Rey (el calor hace que ni se nos pase por la cabeza recorrerlas) y hemos comprado algo de fruta para el postre, ya que la comida la habíamos hecho en el coche de camino a Ston, consistente en unos suculentos hojaldres con queso (para mí) y carne (para Mery) en su interior.

Finalmente, hemos llegado a Orebic a media tarde. Aunque nos ha costado dar con el apartamento, nos ha salvado un cartel con un callejero que hemos encontrado en la carretera que atraviesa el pueblo. Hemos dejado las cosas en la habitación y nos hemos ido a una playa cercana. Por supuesto es de guijarros, pero el agua estaba a una temperatura muy agradable y basta recordar el calor de la mañana en Dubrovnik para que entrasen ganas de darse un chapuzón (aunque lo cierto es que llevar aire acondicionado en el coche rebaja las temperaturas de estos días). Además, las vistas eran muy bonitas, puesto que la zona está rodeada de montañas e islas.

Hemos vuelto a la casa ya para no salir, puesto que hemos cenado unos bocadillos en la terraza de nuestra habitación. Mañana nos espera la visita a Korčula.

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