Viajes de la parejita

Este puente de mayo nos hemos preparado un viaje por el norte de Italia para visitar principalmente 3 ciudades: Milán, Venezia y Verona. Además, pensamos acompañarlo con un par de días recorriendo el Lago di Garda.

Salimos ayer martes por la noche, volando hasta Oporto para pernoctar allí y coger el primer vuelo de la mañana hacia Milán. Dormimos en un motel al lado del aeropuerto Sa Carneiro. Esta mañana nos hemos levantado pronto, aunque el vuelo ha salido con una hora de retraso por la niebla que había en Oporto.

Nada más llegar al aeropuerto de Malpensa, alquilamos un coche (un Fiat Punto) con la compañía Budget. Nuestra primera parada ha sido el cementerio monumental (que tiene pinta de ser muy bonito), pero está cerrando, así que no podemos visitarlo


Dejamos el coche en las cercanías del cementerio y cogemos el Metro hasta el centro de la ciudad. Nada más salir a la superficie, nos encontramos en la Piazza del Duomo. La primera foto es obligada, a la inmensa catedral milanesa, que destaca sobre todo lo demás que la rodea.


Compramos el ticket con la entrada al Duomo y, hasta que nos toca nuestro turno de entrada, nos damos un paseo por el Palazzo Reale. En el patio trasero hay unos bancos en una zona arbolada muy agradable, en la que aprovechamos para descansar un rato.


Llega nuestro turno para visitar el Duomo. El interior es tan espectacular como la fachada, así que nos damos una vuelta maravillados por la majestuosidad del edificio.


Después de la visita interior, subimos a la terraza del Duomo. Todos los pináculos que se ven desde abajo, a esta altura se muestran más espectaculares aún. Hay mucha gente, pero merece la pena la subida. Además, las vistas son muy bonitas desde lo alto.




Una vez terminada la visita, es ya la hora de comer, así que nos acercamos al Parco Sempione. Antes nos compramos bocadillos en Il Politico, que es un chiringuito al lado del Castello Sforzesco, donde lo único que venden son estos bocadillos. Cada uno tiene el nombre de un político italiano, así que te puedes comer un Berlusconi, un Prodi, etc. Nosotros más que por los nombres, nos dejamos guiar por los ingredientes, y la verdad es que están muy ricos.



Tras terminar la comida, damos una vuelta por el Parco Sempione. Está llenísimo de gente, está claro que los milaneses aprovechan los días que hace buen tiempo para venirse aquí.


Una vez terminado el paseo, nos acercamos al Castello Sforzesco, que está pegado a uno de los laterales del parque. No llegamos a entrar en los edificios del Castello, simplemente lo cruzamos por el patio de armas, atravesándolo por dos de sus puertas.



Ha llegado el momento de tomarnos unos helados italianos, así que nos acercamos a una heladería. Como se ve en la foto, no son precisamente pequeños. Nos los comemos mientras damos un paseo por la ciudad.



Terminamos el paseo en las cercanías de la Iglesia de Santa María delle Grazie. La principal atracción de esta iglesia es el Cenacolo Vinciano, el cuadro de la Última cena pintado por Leonardo da Vinci. El horario de visita ya ha terminado y no podemos entrar porque están en misa, así que nos conformamos con ver el patio y el exterior de la iglesia.



Seguimos paseando hasta la Basílica de Sant'Ambroglio, que también está cerrada a estas horas.


Volvemos a la zona del Duomo. Se encuentra cerca la Piazza dei Mercanti, un recoleto rincón en el que parece haberse detenido el tiempo. Es cierto que en la soledad que impera en ella hay un cierto aire de decadencia, en contraste con el bullicio de la Piazza del Duomo a pocos metros. Pero es un agradable lugar para visitar.



De nuevo acabamos en la Piazza del Duomo. A estas horas el sol ya se está poniendo, y nosotros ya empezamos a pensar en retirarnos de la zona turística.



Pero una visita obligada en Milán es la Galleria Vittorio Emanuele II. Es una galería comercial, con cafeterías y restaurantes que no tienen pinta precisamente de ser baratos.



La Galleria tiene una entrada en la Piazza del Duomo, y la otra entrada da al Teatro alla Scala.



Estamos ya cansados, así que buscamos la forma de volver al sitio donde dejamos el coche. Pero nos encontramos la sorpresa de que hoy no funciona el metro a estas horas, así que me toca dar un buen paseo hasta el coche y volver al centro a recoger a Mery.

Paramos antes de salir de Milán a comprar los desayunos de los próximos días en un Carrefour Market y cenar hamburguesas en el restaurante Fatto Bene.



Ya bastante de noche llegamos a Malcontenta, un pueblecito en las afueras de Mestre (cerca de Venezia). Allí es donde se encuentra el hotel donde dormiremos esta noche, para visitar mañana la ciudad de los canales.