Viajes de la parejita

A primera hora salgo a correr por los alrededores de Losar. Llego hasta el puente de Cuartos, para volver al pueblo y continuar en sentido contrario.

Posteriormente salimos del hostal, cogemos el coche y en el camino vemos el arte topiario (setos cortados haciendo distintas figuras) que desde hace tiempo distingue al pueblo.

También vemos algún mural que me gusta particularmente, como este de un zorro multicolor.

Aparcamos en Jarandilla al lado del Parador, donde se encuentra la oficina de información turística. Allí nos explican qué hacer en el pueblo y los alrededores. Nosotros nos centramos en dar un paseo por la localidad, llegando hasta la ermita del Santo Sepulcro.

Puesto que en ese momento están en misa, aprovechamos para dar una vuelta alrededor del templo. Allí se encuentra un mirador desde el que se ven las colinas que rodean a Jarandilla.

La plaza donde está la iglesia disfruta de un buen ambiente, con una terraza en la que la gente está tomando un café al solecito.

Nosotros seguimos dando un paseo hasta la ermita de Sopetrán, patrona de Jarandilla.

Al volver a la ermita del Santo Sepulcro justo está terminando la misa, así que entramos a su interior.

Subimos al campanario de la ermita.

Regresamos a la zona donde habíamos aparcado el coche y nos acercamos al Parador, donde aprovechamos para hacernos unas fotos en su precioso patio. Nos hubiera gustado pararnos un rato para tomar una cervecita allí, pero tenemos que continuar nuestro viaje.

Nos despedimos de Jarandilla con esta bonita foto, con una fuente detrás.

Por último nos acercamos al Puente Parral.

Definitivamente nos despedimos de Jarandilla de la Vera, en dirección al monasterio de Yuste. Al pasar por Cuacos, hacemos una foto a la escultura de Carlos V.

Visitamos el Monasterio, que se encuentra en un entorno bucólico, aunque algo deslucido porque actualmente la fachada se encuentra en obras.

El monasterio tiene la particularidad de contar con dos claustros: primero visitamos el gótico.

Para posteriormente visitar el claustro renacentista.

Las dependencias de Carlos V transmiten la personalidad del monarca, cuyo rasgo distintivo históricamente ha sido la austeridad en comparación con el poder que detentaba.

La iglesia del monasterio.

Terminamos la visita en los jardines.

Vamos a comer al siguiente pueblo en nuestro itinerario: Garganta la Olla. Antes de llegar, nos paramos en el mirador de la Serrana desde donde hay unas vistas inmejorables de la población.

Comemos en el restaurante Los Leones, donde habíamos reservado. De primero ambos pedimos migas, mientras que de segundo yo opto por lagarto y Mery por el entrecot, con coulant de postre.

Con el estómago lleno vamos a la plaza, que está muy animada a esta hora.

Por la calle que llega a la ermita vemos las fachadas de distintas casas antiguas.

Dando un paseo nos acercamos a la Iglesia Parroquial de San Lorenzo Martir.

Al ir hacia el coche pasamos por la casa de la peña, una vivienda cuyo balcón está asentado sobre una piedra.

Volvemos a Cuacos y entramos en el pueblo a través de la Plaza de España.

A través de unas estrechas calles llegamos hasta la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, de estilo gótico.

Nuestra última parada turística del día es Jaraíz de la Vera, el pueblo con más habitantes de la comarca. Se nota que no es el mismo tipo de pueblo con encanto que hemos visto durante los dos últimos días, sino que es una población más orientada al comercio y a la vida moderna. Lo primero que vemos es uan picota con 3 brazos.

Aparcamos el coche y me doy un paseo por Jaraíz, pasando por la Plaza Mayor

Por último me acerco a la Iglesia de Santa María de Altagracia, de grandes dimensiones y bonita por fuera, pero a esta hora ya no se puede visitar.

Llegamos de noche a Cáceres. Nuestro alojamiento está en la muralla del casco antiguo (concretamente en el Arco de Santa Ana). No es el más moderno de los aposentos, pero la sensación de estar viviendo dentro de la muralla es impagable.

Como Mery está cansada y prefiere cenar en casa, pido por teléfono y voy a recoger una pizza de la Tagliatella. Antes de ello aprovecho para dar un paseo nocturno, viendo los monumentos iluminados. Esta primera visión de la ciudad me parece impresionante, Cáceres es una ciudad medieval transportada al siglo XXI.