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Granada (III): Catedral y Alhambra

Último día en Granada, así que por la mañana recogemos la habitación, hacemos el check out y dejamos las maletas en el hotel. Nuestra primera parada es la zona de la catedral.



Nos ponemos en la cola para entrar en la Capilla Real, pero dando una vuelta por los alrededores veo que no hay cola para entrar en lo que yo pensaba que era la catedral, así que hacia allá que nos vamos. Pero resulta que no, realmente donde entramos es en la iglesia del Sagrario. Ya nos parecía a nosotros una catedral muy pequeña... eso sí, la decoración del interior es muy bonita, merece la pena dedicarle unos minutos.



Tras la visita volvimos a la cola de la Capilla Real. La entrada se realiza a través de la antigua Lonja.

 Foto de http://elrincondedario.blogspot.com/

Una vez que accedes, a mi me recordó poderosamente a la iglesia de San Juan de los Reyes de Toledo. Las similitudes son normales, teniendo en cuenta que se levantaron en la misma época, con el mismo estilo y los mismos patrocinadores.

Foto de http://capillarealgranada.com

Dentro de la Capilla el principal atractivo por su relevancia histórica (también por su belleza) son las tumbas de los Reyes Católicos y, a su lado, las de su heredera Juana y Felipe el Hermoso.

Foto de https://www.granadaporelmundo.com

Fotos de http://elrincondedario.blogspot.com y http://wikipedia.com/

Tras salir, paseando por los alrededores vimos una larga cola y nos dimos cuenta de nuestro error anterior, puesto que esta cola sí era para la entrada en la catedral. Visitamos la catedral, que es una de las obras cumbres del renacimiento español, aunque es cierto que es un templo que a mi particularmente no me transmite tanto como otros, a excepción de un par de retablos situados en el ala derecha y la puerta que entre ellos conduce a la Capilla Real.



Terminadas las visitas por esta zona, nos encaminamos hacia la Alhambra, a la que accedemos a través de la Puerta de Granadas, cercana a nuestro hotel. Antes de franquearla compramos un par de bocadillos y nos los comemos en un banco de los senderos que llevan a Puerta de la la Justicia, la más cercana a la Alcazaba y por la que entramos al recinto.






Visitamos primero la citada Alcazaba, desde donde se ven las mejores vistas del Albaicín.

En la Alcazaba destacan principalmente los torreones, como la Torre del Homenaje y la contigua Torre del Cubo, así como la Torre de la Vela, que es la más alta.



También en esta zona se encuentra el jardín de los Adarves. Aunque sabiendo lo que nos espera después en el Generalife, no nos dice mucho.

Tras salir de la Alcazaba, cruzamos la Puerta del Vino.



Cruzamos la zona de la Medina, donde destacan el Palacio de los Abencerrajes y los Jardines de San Francisco.




Finalmente llegamos al Generalife, que está extramuros de la Alhambra (de hecho, se encuentra en otra colina distinta). Los jardines son un remanso de paz. Allí me puse malísimo de la alergia la primera vez que visitamos Granada, esta vez la cosa es muy distinta a nivel de salud.

La entrada a los jardines es a través del Teatro. En las noches de verano tiene que ser una gozada disfrutar de espectáculos aquí.

Las fuentes de los Jardines Nuevos son preciosas.



La que está un poco deslucida en esta época del año es la Rosaleda, pues sin las flores pierde gran parte de su belleza.



Visitamos el Palacio del Generalife. Lo más bonito del palacio seguramente sea el Patio de la Acequia.



La Escalera del Agua es otro sitio mágico, donde los amantes de la fotografía pueden explayarse con el juego que dan los canalones de agua.


Tras regresar a la Alhambra, visitamos rápidamente el patio del Palacio de Carlos V y nos ponemos a la cola para la entrada de los Palacios Nazaríes.


A las 17:00 (último pase del día) entramos en el mágico recinto.

En esta zona de la Alhambra es imposible quedarse con un sitio por delante de otros, pero hay algunos puntos que son un verdadero placer para la vista, como por ejemplo la fachada de Comares.


O también el Cuarto Dorado.



Si me tuviera que quedar con uno de ellos, sin duda sería con el Patio de los Arrayanes, un sitio de una belleza indescriptible.



Qué decir del Salón de Comares o de los Embajadores. Aquí es donde el sultán buscaba impresionar a los emisarios de otros reinos, y desde luego que debía de conseguirlo. Es un recinto impresionante, totalmente adornado con bellos motivos e inscripciones.



Otro sitio muy bonito es la Sala de los Mocárabes, que antecede al Patio de los Leones.

El Patio de los Leones es el sitio más famoso de la Alhambra. Los leoncitos de piedra son un icono en sí mismos. La primera vez que visitamos la Alhambra estaban en restauración y no se encontraban en el patio, así que esta vez sí pudimos verlos en todo su esplendor.




Por último, estancias como la Sala de los Reyes o la Sala Mayor también destacan especialmente.

No hay mejor forma de terminar la visita, aunque Mery se queda con ganas de haber tenido tiempo de visitar el Partal, la zona de jardines pegada a los palacios nazaríes.

Tras esto, cruzamos por última vez la Puerta del Vino y regresamos a la zona urbana de Granada a través de la Puerta de las Granadas.

Llegamos a nuestro hotel y Mery se queda sacando las maletas mientras yo voy a por el coche al parking donde ha estado ubicado estos 2 últimos días.

Tras un viaje de 2 horas, llegamos a Córdoba, donde nos alojamos en Casa Longa, una típica casa cordobesa con su patio interior, que está dentro del circuito de patios oficiales de la ciudad y que visitan numerosos turistas a lo largo del día.

Una vez instalados en nuestra habitación, salimos a dar un paseo nocturno y comemos en La Regadera, un local de cocina moderna en la Ronda de Isasa, pegada al Guadalquivir. Es más "moderno" de lo que estamos acostumbrados pero, si bien salmorejos los hemos probado mejores, el cochifrito está riquísimo. Y la tarta de manzana es de lo más original que he visto nunca.


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