Viajes de la parejita

Llegamos a Soria el miércoles por la noche, con tiempo solamente para dejar las cosas en la habitación de nuestro hotel y coger el coche para acercarnos al centro a cenar. La cena, como no podía ser de otra forma, la hacemos de tapas en un bar del centro.

Al día siguiente dejamos el hotel y lo primero que visitamos es la ermita al lado (solo por fuera, ya que está cerrada por dentro).


Cruzamos el Duero y vemos el Monasterio de San Juan. Lo más bonito es el claustro, del que no se conservan los techos pero que tiene columnas muy curiosas (y distintas en cada lado).

La siguiente visita nos aleja un poco más de la ciudad. Dejamos el coche al lado del antiguo Monasterio de San Polo y vamos paseando junto al Duero hasta la ermita de San Saturio. En el paseo se siente la presencia por estos mismos paisajes, hace ya muchos años, de Antonio Machado, que fue profesor de francés en Soria y cuya figura está muy ligada a la ciudad.




Volvemos al centro, aparcamos y decidimos comer en el mismo bar en el que cenamos ayer, aunque esta vez en la terraza. El buen tiempo nos acompaña.


Después de comer volvimos a coger el coche para ir a Numancia, donde hicimos la visita guiada. Me gustó mucho, puesto que en general me suele gustar visitar sitios famosos de la historia. Y el antiguo asentamiento íbero sin duda lo es. Además, el guía era muy ameno, con lo que la visita fue muy interesante.


Volvimos al centro de Soria, visitamos la iglesia de Santo Domingo. Cuando llegamos estaba empezando la misa de jueves santo.así que el interior no lo pudimos ver en profundidad. De todas formas, la fachada era lo más interesante.


Luego fuimos dando un paseo a otra de las iglesias, San Juan de Rabanera, pero estaba cerrada, así que solo pudimos verla por fuera.


Paseamos hacia la Plaza Mayor y hacia el convento del Carmen.



Una vez visto Soria, cogimos el coche y fuimos a Vitoria. Como siempre, lo primero que hicimos fue acercarnos al hotel, una antigua casona situada en el barrio de Salburua. Luego fuimos en coche al centro y cenamos unos bocadillos (regados con un vaso de zurito por mi parte) en el bar "El Siete".