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Alsacia II: Eguisheim y Colmar

Dejamos el hotel por la mañana y cogemos el coche para abandonar Mulhouse. Nos hubiera gustado haber dado un paseito para ver la ciudad de día, pero los fríos nos han hecho mella y tenemos que salir un poco más tarde para recuperarnos de la gripe. Sí que paramos en la Iglesia de Sainte Geneviève para hacer unas fotos en el exterior, porque parece cerrada.



Media hora después llegamos a Eguisheim, un pequeño pueblito ya en las cercanías de Colmar. Dejamos el coche en un parking público que se encuentra en las afueras y llegamos al centro dando un pequeño paseo. El pueblo parece sacado de los cuentos de hadas, como si todas las casas fueran de caramelo y las hubieran recreado siguiendo las historias de Hansel y Gretel. Además, tiene la particularidad de que sus calles están ordenadas como formando círculos concéntricos.



Pasear por Eguisheim es un placer; se encuentran pequeños detalles a cada paso, puesto que todas las casas están muy cuidadas, siguen la arquitectura tradicional de la zona, compiten por tener la decoración navideña más bonita y añaden cosas como este simpático cerdito que nos encontramos.



Para meternos más en el ambiente, nos compramos un Bretzel (conocido en Estados Unidos como Pretzel) y continuamos paseando hasta llegar a la Plaza del Castillo.



Adyacente a él se encuentra la capilla del Papa León IX, nacido aquí.




Nuestra última visita es a la iglesia de los santos Pierre y Paul. Dentro se encuentra una virgen "ouvrante"; es decir, que se puede abrir como si fuera un tríptico para contemplar su interior, que está pintado. El concilio de Trento las prohibió, por lo que en toda Alsacia quedan tan solo dos.



Nuestro siguiente destino es Colmar. Tardamos más en aparcar que en llegar desde Eguisheim. Una vez que hemos dejado el coche en el parking de la Place Scheurer-Kestner, nos dirigimos a la oficina de turismo. Desde allí comenzamos a callejear por el centro histórico de Colmar.

Visitamos la rue des têtes, con la casa que le da nombre.



El primer mercadillo que vemos (de los 5 que tiene Colmar) es el de la Place des Dominicans. Hay mucha gente, lo que será la tónica habitual en las próximas horas que pasaremos en Colmar.



Intentamos ir lo primero al restaurante. Tras dar alguna vuelta de más y comprobar que una de nuestras dos opciones estaba cerrada, Mery encuentra el otro que teníamos marcado: Bistrot Gourmand. Allí pedimos para entrar en calor una sopa de cebolla, un camembert al horno y una brusqueta.




Ya con el cuerpo más entonado (lo cierto es que hace mucho frío por la calle y se agradece calentarse tanto por dentro como por fuera) vamos a visitar la Catedral.



 Es muy grande, con un altar en una llamativa oscuridad, en comparación con la mayoría de iglesias, que intentan dar mayor iluminación justo a esa zona.



Nos acercamos también a la iglesia des Dominicains, pero nos asomamos al interior y no vemos que tenga pinta de ser muy interesante, por lo que nos abstenemos de entrar.

Seguimos paseando para llegar a los mercados navideños que nos faltaban por ver (antes de comer vimos de pasada el de la Place Jeanne d'Arc). Así pues, pasamos por el de la Place de l'ancienne Douane y por el interior de Koïfhus.



Para el final habíamos dejado la zona bañada por el río Lauch (afluente del Ill, a su vez afluente del Rin) y el barrio que se llama Petit Venise, donde se halla el último mercadillo que visitamos. Me quedo con ganas de pedir un vin chaud, pero hoy aún tengo que conducir.



Finalmente llegamos a Turckheim, el pueblo donde tenemos el hotel. Está en las afueras (lo que teniendo en cuenta que el pueblo es pequeño, significa unos 5 minutos andando hasta el centro). La habitación está muy bien, es como una pequeña casita en el campo.

Vamos al centro a dar una vuelta y cenar.



Pero la verdad es que hace bastante frío y no hay prácticamente nadie por las calles.



Acabamos cenando en la Pizzería Roma. Mery un plato de pasta y yo una tarte flambée.




En resumen, un día donde hemos vuelto a pasar mucho frío pero hemos descubierto dos lugares de cuento de hadas: Eguisheim y Colmar. Mañana continuaremos visitando pueblecitos alsacianos de camino a Estrasburgo.

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