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La pasión turca (V): Asia a un lado, al otro, Europa...

Sin darnos cuenta habíamos llegado al martes, nuestro último día completo en Estambul. Como ya habíamos visto lo que queríamos ver en la parte antigua de la ciudad (no podemos decir que vimos todo porque ver todo Estambul en 5 días es imposible), nos fuimos a la parte norte de la ciudad. Cogimos un autobús que nos llevó casi hasta la puerta de la mezquita de Bezmialem Valide Sultan, pero ese nombre no se utiliza y se la conoce como mezquita de Dolmabahçe por estar al lado del palacio que lleva ese mismo nombre. Esta mezquita no tiene nada de especial, aparte de su cercanía al mar. Desde los alrededores de la mezquita se puede ver el puente del Bósforo y la parte asiática de la ciudad.

 Pero quisimos entrar para ver las diferencias que había con las mezquitas tradicionales de la parte antigua.


Lámparas de araña, ventanas sin vidrieras, una decoración típica de un palacio real europeo… Si no fuese por los medallones con inscripciones árabes, nada nos habría hecho pensar que estábamos en una mezquita.

Ni siquiera la cúpula se parecía a las que habíamos visto los días anteriores.

Enfrente de la mezquita está el Palacio de Dolmabahçe (Dolmabahçe Sarayı), que sirvió de principal centro administrativo del Imperio otomano de 1853 a 1922, sin contar el período de veinte años (1889-1909) en los que se usó el Palacio de Yıldız.

Dolmabahçe era, en principio, una bahía en el Bósforo que fue rellenada gradualmente durante el siglo XVIII (de ahí viene el nombre, dolma que significa 'lleno' y bahçe 'jardín') para servir de jardines imperiales, los favoritos de la monarquía otomana. Los sultanes trasladaron su residencia a este palacio, ya que el antiquísimo Palacio de Topkapı carecía de los modernos lujos que tenía el Palacio de Dolmabahçe. Nosotros no entramos a ver el palacio porque preferimos ver cosas más típicas que un palacio neobarroco. Así que sólo vimos una de las entradas y la torre del reloj.

Muy cerca del palacio se encuentra también el Beşiktaş İnönü Stadium, el estadio del equipo de fútbol Beşiktaş.
 Cerca del estadio se encuentra la Plaza Taksim (Taksim Meydanı) Taksim en turco quiere decir "distribución"; esta plaza es denominada así por ser el punto en el que se centralizaba la distribución de agua en la ciudad.


En ella se encuentra el monumento a la Independencia, un grupo de estatuas representando a Atatürk y otros líderes del movimiento nacionalista turco.


 
 No muy lejos del grupo escultórico se puede ver la bandera turca más grande de las que vimos en la ciudad (debe ser como la bandera de España que hay en la plaza de Colón de Madrid.

Aquí tienen su sede las embajadas y consulados de los países que tuvieron delegación en Estambul desde los primeros siglos del Imperio Otomano. Por eso hubo un atentado con explosión de bomba unos días antes de nuestra llegada. En la misma plaza se encuentra la terminal principal del nuevo metro de Estambul.

Uno de los principales atractivos turísticos de la zona es el antiguo tranvía de la ciudad, con sus conductores vestidos igual que lo hacían antiguamente.

Muy curiosa es también la ornamentación vegetal de la plaza. Los jardines representan tulipanes, uno de los símbolos de la ciudad.

Otro de los símbolos de la ciudad, el gato, también está muy presente en este espacio.
 De la plaza Taksim parte la calle İstiklâl (İstiklâl Caddesi). Es una calle peatonal de aproximadamente tres kilómetros de longitud, que aloja boutiques, cines, teatros, bibliotecas, cafeterías, clubs con música en vivo, restaurantes, etc.


Nosotros comimos en un restaurante situado al final de la calle. Pedimos Lahmacun (conocida como pizza turca, su nombre proviene del árabe “lahm ala ajenn”, que significa “carne sobre pasta” ) y pide (una especie de pizza con la masa alargada pide sobre la que se pone carne picada, tomate, pimiento verde, cebolla, perejil, sal, pimienta negra y pimienta roja, todos muy picados.


 Después de comer nos dirigimos a la torre Gálata (Galata Kulesi).


La torre tiene una altura de 66,9 m (62,59 m sin el remate) y consta de nueve plantas. Cuando se construyó, se convirtió en la estructura más alta de la ciudad. La torre se construyó en 1348 como parte de la expansión de la colonia genovesa de Constantinopla. Pero la torre actual no es la misma que la antigua torre de Gálata, originariamente bizantina. Se encontraba en un lugar diferente y fue destruida durante la Cuarta Cruzada, en 1204.



El mirador se encuentra a 51,65 m de altura y desde él se puede disfrutar de unas impresionantes vistas de la ciudad.

Al bajar de la torre cruzamos a pie el puente Gálata (Galata Köprüsü).  El puente, que tiene una longitud total de 490 metros, acogía a un montón de pescadores aficionados que pretendían pasar la tarde disfrutando del arte de la pesca.

Y, a pesar de la multitud que se agolpaba sobre el puente, el botín parecía ser abundante.

Este puente dio nombre al juego de cartas Bridge, ya que unos soldados ingleses acudían allí a jugar, por lo que iban a jugar al "bridge".
Cerca del puente cogimos el ferry que nos llevaría al puerto de Üsküdar, en la parte asiática de la ciudad.





Una vez en Asia, visitamos la mezquita Mihrimah Sultan, dedicada a la princesa Mihrimah, la hija predilecta del sultán Solimán el Magnífico.

Pese a estar en un continente distinto, esta mezquita y el resto de las que había por la zona se parecían más a las de la zona antigua de la ciudad que las de la parte norte, muy europeas.
 Al salir de la mezquita nos dirigimos a la orilla del mar para ver una de las famosas e impresionantes puestas de sol (las fotos no han sufrido ningún retoque, son reales).


Según iba cayendo el sol, un precioso abanico de colores se apoderaba del cielo, dejándonos imágenes inolvidables de la torre Gálata.



Otro de los edificios que se ven bellísimos a contraluz es la torre de Leandro, conocida por los turcos como "Kiz Kulesi" (la torre de la doncella). Se encuentra en una zona rocosa en medio del mar, a unos 200 m de la orilla, justo enfrente del barrio de Salacak de Üsküdar. Los dos nombres de la torre provienen de dos leyendas. Una de ellas se relaciona con un emperador bizantino que encerró a su hija (doncella) en esta torre para protegerla de algún mal. Desgraciadamente, una serpiente que salió de una cesta de uvas que una bruja le había llevado a la torre le picó y la pobre princesa murió como habían presagiado los oráculos. El nombre de  “Torre de Leandro”  es una adaptación de una leyenda mítica que cuenta la relación entre el joven Leandro y Hero, sacerdotisa de la diosa Afrodita. Leandro cada noche atravesaba a nado el Bósforo guiado por el resplandor de la antorcha que encendía Hero.  Pero una noche de tormenta la tea se apagó y el joven murió ahogado. Cuando Hero supo la noticia se arrojó también a las aguas del estrecho.

Pero, sin duda, la imagen más inolvidable de este viaje fue la silueta de Santa Sofía y la mezquita azul delante de un cielo totalmente anaranjado. Fue un momento tan especial que hasta se me saltaron unas lagrimillas de emoción.

Una vez vista la puesta de sol regresamos a la zona del embarcadero para volver a la zona europea de la ciudad. Por el camino vimos el puente del Bósforo (Boğaziçi Köprüsü), un puente colgante construido en 1973 que une la parte asiática con la parte europea de la ciudad, atravesando el canal del mismo nombre. Tiene una longitud de 1074, lo que no le convierte en el puente más largo de la ciudad. Lo más curioso es que, desde 2007, está iluminado mediante LEDs que cambian de color cada pocos segundos.

Nada más llegar al puerto montamos en el ferry que nos llevaría a nuestro destino.

Una vez en la otra orilla, en la nuestra, decidimos dar un pequeño paseo antes de regresar al hotel. Como estábamos cerca, nuestro primer destino fue el bazar de las especias (Mısır Çarşısı) . Se trata de un recinto cubierto con 88 tiendas en las que se vende toda clase de especias, además de artesanía típica. Entrar allí es toda una experiencia para los sentidos: la mezcla de colores, de olores… aunque esto último a algunos no les resulta demasiado agradable.

De bazar a bazar y tiro porque me toca. La siguiente parada fue el Gran Bazar (Kapalıçarşı). Con cerca de 4000 tiendas que venden piezas de joyería, orfebrería, especias, alfombras, pieles, etc., el gran bazar atrae cada día a cientos de miles de turistas.

Pero la importancia de este mercado no es tan moderna como el turismo. Cuando el palacio Topkapi era el centro político del imperio otomano, el gran bazar era el centro económico del mismo.

Después de dar una vuelta por algunas de sus calles y de hacer alguna comprilla, nos dirigimos al hotel, parando en una placita cercana para cenar en una de sus terrazas.


Nuestro viaje tocaba a su fin, ya sólo nos quedaban unas pocas horas en la ciudad…

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