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Una vez realizadas todas las excursiones, tocaba devolver
el coche de alquiler que habíamos recogido en el aeropuerto el primer día de
nuestra estancia en México. Lo íbamos a devolver en Playa del Carmen, por estar
más cerca que Cancún.
Finalmente hicimos todos los trámites y ya estábamos listos
para recorrer Playa del Carmen. Eso sí, la vuelta la tendríamos que hacer en
una de los microbuses que recorren la carretera de la Riviera Maya.
Lo primero que hicimos fue acercarnos a la Playa. Allí había una
curiosa estatua de nombre “Portal Maya”. La verdad es que es enorme y reúne
bastantes elementos de la ciudad: desde los antecedentes mayas hasta el turismo
actual.
En los alrededores también se encontraba una iglesia cuya
mayor curiosidad era que en lugar del altar tenía un ventanal. Eso
permite ver las palmeras que se encuentran detrás y la playa, con lo que se
obtiene un bonito paisaje sin tener que gasta nada en construir el altar.
Continuamos nuestro paseo por la llamada Quinta Avenida, la
calle principal y más turística. Está llena de tiendas, así que aprovechamos
para hacer unas pequeñas compras.
Hecho todo esto, cogimos un microbús que nos dejó en el exterior
de nuestro hotel, donde comimos y aprovechamos la tarde para disfrutar de la
piscina y playa. Para rematar, fuimos a cenar. Intentamos ir al mexicano, pero
nos dijeron que estaban completos de reservas y que no nos daba tiempo a cenar.
Así pues, fuimos al chino y ahí sí que no hubo problemas.
10 de julio de 2017, 11:12
Voy a ver si veo algunas rebajas para hacer el viaje porque es una zona que nunca he visto y tengo muchas ganas, un besazo!