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Bajo el sol de la Toscana (I): Florencia (primera parte)

Nos faltó tiempo, tras llegar a Montecatini, para hacer nuestra primera excursión a Florencia. Al día siguiente ya estábamos cogiendo el tren con destino a Santa María Novella. Una vez llegados, fuimos a la oficina de turismo, donde nos explicaron cómo llegar hasta el Piazzale Michelangelo. De todas formas, este día no teníamos pensado ir allí, puesto que nuestra intención era volvernos pronto a Montecatini, a fin de ir a cenar con los tíos de María a un pueblecito cercano a Montecatini.
Así pues, nuestro primer destino turístico fue la iglesia de Santa María Novella, debido a su ubicación, pues lógicamente está al lado de la estación de tren. La parte lateral parece mucho más "medieval" que la fachada principal:

Esta fachada princial, de gran belleza, es una de las obras maestras del renacimiento. Fue obra principalmente de Leon Battista Alberti. En el interior se reunen auténticas obras de arte, como la capilla Tornabuoni, con frescos de Ghirlandaio, la capilla Gondi, donde se encuentra la cruz de madera de Brunelleschi, o el famoso fresco de Masaccio situado en la nave central, la Trinidad, en preciosos tonos rosados.
Encaminamos nuestros pasos hacia el centro histórico. Pasamos por la Basílica de San Lorenzo, pero no entramos porque exteriormente (la fachada está inacabada) no nos convenció del todo, echamos un vistazo al interior y tampoco nos pareció bien el precio que costaba la entrada.
Continuamos nuestro camino hasta la Galleria dell´Accademia, donde (tras esperar una larga cola) pudimos ver los tesoros que se guardan en su interior. Sin duda, destacan el David de Miguel Ángel y las estatuas de los Esclavos, del mismo autor. No tenemos fotos, ya que está prohibido fotografiar dentro de la Galleria. Prohibición que la mayoría de los visitantes se saltaban, para deseperación de las encargadas de velar por el cumplimiento de las normas. Tras salir, fuimos hacia la Piazza del Duomo.
Como en cada visita, nos maravillamos al paso por la catedral. El Duomo de Santa María del Fiore es nuestra obra arquitectónica favorita, sitio de obligada visita al paso por Florencia. En esta foto se aprecia el Campanile, iniciado por Giotto, continuado por Andrea Pisano y finalizado por Talenti.
El siguiente destino era la Piazza della Signoria. En ella se encuentra la Loggia della Signoria o dei Lanzi (llamada así porque en ella acampaban los regimientos de lanceros), utilizada actualmente como un museo escultórico al aire libre. La figura más destacada actualmente es una copia del Perseo de Benvenuto Cellini.

Al lado de la Loggia se puede admirar una copia del David de Miguel Angel. El original se encuentra en la Galleria dell´Accademia, que habíamos visitado previamente. Pero aquí en su lugar de colocación original es donde mejor se puede apreciar el impacto que causaba en el Renacimiento.


Descansamos un rato en el interior de la Loggia, donde nos hicimos esta bonita foto muy "enamoriscados", con el Palazzo Vecchio al fondo. Este edificio es uno de los más representativos de Florencia, símbolo del poder civil que durante tanto tiempo ostentó la familia de los Medici.

En esta foto se ve el Palazzo reflejado en las gafas de sol de María.

Una nueva foto del Perseo, que fue el primer bronce de esas dimensiones fundido en una sola pieza, lo que representa un trabajo colosal. Además, el resultado es de una belleza y realismo impresionante.


Una foto más de la Piazza della Signoria, con la Fontana de Nettuno de Ammannati. Al fondo también se observa el Marzocco de Donatello, que representa un león sosteniendo el escudo heráldico de Florencia.


La última foto de la plaza, donde mejor se puede ver la Torre di Arnolfo.


Volvimos sobre nuestros pasos para comer, pues la mañana había sido intensa. El sitio elegido fue un establecimiento de comida preparada, donde dimos buena cuenta de una schiacciata y un buen plato de pasta "tres gustos". Al terminar, fuimos hacia Orsanmichele. Esta iglesia, de forma muy curiosa (totalmente cuadrangular) fue en realidad una lonja en sus inicios. Con el paso del tiempo cada uno de los gremios que trabajaban allí fueron introduciendo altares dedicados a sus santos patronos, y poco a poco el edificio se convirtió en una iglesia. Su interior es muy bonito, pero no pudimos disfrutarlo este día porque justo a nuestra llegada estaban cerrando. Quedamos en visitarla si regresábamos a Florencia esa semana. En esta foto se puede ver el exterior, con las hornacinas contenedoras de los santos.

Retornamos a la catedral. En esta ocasión tocó hacer una foto al Battisterio di San Giovanni, otra monumental edificación al lado del Duomo. Las puertas que dan hacia la catedral, las famosas Puertas del Paraíso de Ghiberti, están fundidas en bronce y es tal su belleza y realismo que el propio Miguel Angel, al verlas por primera vez, no dudó en darles ese calificativo.


Una nueva foto, esta vez de la fachada del Duomo. Aunque es imposible recoger la belleza de esta edificación, en este caso no sale nada mal.


Para terminar nuestra jornada florentina visitamos el interior del Battisterio. Es un espacio que cuenta con una sola estancia, y lo más interesante es el techo, como se ve en esta foto. De estilo bizantino, trae evocaciones de Constantinopla.

Rápidamente volvimos a la estación y cogimos el tren hacia Montecatini. Finalizamos el día yendo a Anchione a una feria gastronómica cuyo plato principal eran unas pequeñas ranas rebozadas en harina de garbanzos y fritas. Yo las probé, pero María se resistió. La verdad es que no saben a nada. La sensación de asco que provocan en mucha gente que se niega a probarlas es, sobre todo, debida a nuestra cultura y educación.

Después de probar lo que para los habitantes de este pueblecito es un manjar (su precio también lo indica) volvimos a Montecatini a descansar. El día siguiente nos lo tomaríamos prácticamente de relax, pero el cansancio acumulado de los días anteriores aún lo llevábamos en el cuerpo.

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